La canalización de aguas dulces del Obispo Tormo entre Aspe y Elche un legado hidráulico en riesgo de desaparecer

La infraestructura hidráulica del siglo XVIII que cambió la historia de Elche se deteriora sin protección institucional

Un estudio premiado desvela la historia y el estado de abandono de una obra clave para el abastecimiento de agua potable en Elche en el siglo XVIII

En 1789, un grupo de ilicitanos celebraba con júbilo una cena al aire libre en el paraje del Molí Nou. Aquella noche, por primera vez, llegaban a Elche diez litros por segundo de agua dulce gracias a una nueva conducción que partía desde la mina de Barrenas, en el término municipal de Aspe. Había comenzado el abastecimiento continuo, gratuito y suficiente de agua potable para la ciudad, un sueño largamente acariciado que se hacía realidad gracias al impulso del obispo José Tormo y el apoyo de los poderes locales.

Hoy, más de dos siglos después, aquella infraestructura hidráulica de 16 kilómetros de longitud, construida entre 1785 y 1789, agoniza entre el olvido, el deterioro y la falta de atención institucional. Con el objetivo de rescatar su memoria y fomentar su conservación, los historiadores Felipe Mejías López y Gonzalo Martínez Español han publicado un estudio exhaustivo titulado La canalización de aguas dulces del Obispo Tormo entre Aspe y Elche (1785-1789), obra ganadora del XIII Premio de Investigación Manuel Cremades concedido por el Museo Histórico de Aspe.

Un hito olvidado del patrimonio hidráulico valenciano

El estudio, publicado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, combina una rigurosa investigación documental con trabajo de campo. A lo largo de sus páginas, los autores no solo reconstruyen el contexto histórico de esta canalización, sino que alertan sobre el peligro real de su desaparición.

El análisis subraya el papel clave del arquitecto aspense José Gonzálvez de Coniedo, responsable del diseño y ejecución del proyecto, así como el protagonismo del obispo Tormo, figura esencial para su financiación y viabilidad. El objetivo era claro: captar agua potable del río Tarafa y conducirla hasta Elche, a través de una compleja red de estructuras hidráulicas, entre ellas acueductos, galerías y pozos.

Un recorrido por la historia y el olvido

La investigación de Mejías y Martínez se estructura en dos bloques. El primero, histórico, aborda las propuestas anteriores a la canalización definitiva, como los proyectos de Joan Fauquet (1681), José Terol y Juan Bautista Guedea (1726), o Alejandro de Rez (1731), hasta culminar en el exitoso proyecto de 1783 aprobado por el Real Consejo de Castilla.

El segundo bloque se centra en la caracterización arquitectónica y patrimonial del sistema, con especial atención a los tramos aún visibles en el término de Aspe. Aquí se expone un diagnóstico sobre el estado de conservación, señalando reparaciones, patologías y pérdidas estructurales.

La urgencia de intervenir: una ruina con valor patrimonial

A pesar de su importancia histórica, la canalización nunca ha recibido la atención institucional necesaria. Ni los municipios implicados, ni las administraciones autonómicas han desarrollado un plan de protección, restauración o puesta en valor del conjunto.

Los autores proponen, como primera medida, realizar un inventario completo de las estructuras conservadas, paso indispensable para cualquier acción futura. También sugieren seguir el ejemplo de otras conducciones contemporáneas puestas en valor, como el Acueducto de San Telmo o la Fuente del Rey en Málaga.

Conocimiento, divulgación y acción

El estudio reconoce también el trabajo de personas e instituciones que han contribuido a mantener viva la memoria de esta obra, como el historiador Gaspar Agulló desde su blog, el jefe de Patrimonio del Ayuntamiento de Elche, Gregorio Alemañ, o el profesor Gaspar Jaén i Urban, que incluyó un capítulo sobre esta canalización en su tesis doctoral de 1990, aún inédita.

Frente al abandono, Mejías y Martínez lanzan un claro mensaje: no se puede conservar lo que no se conoce. Por ello, hacen un llamamiento a generar una dinámica activa y coordinada que involucre a instituciones y ciudadanía en la recuperación de esta infraestructura hidráulica única.

La canalización de aguas dulces del Obispo Tormo no solo es una proeza técnica del siglo XVIII, sino también un símbolo de cooperación intermunicipal y visión de futuro. Recuperarla es, sin duda, una tarea urgente y necesaria.

Paco Ciclón / AFPRESS

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