La comunidad educativa y científica de Elche pide acciones coordinadas para proteger la salud mental de la infancia

Integrar la salud mental en el currículo escolar, la prioridad urgente que señalan expertos, familias y jóvenes

La UMH presenta un informe que alerta del incremento de trastornos emocionales en menores y llama a una respuesta educativa y social integral

La salud mental infantil y adolescente ha dejado de ser una preocupación emergente para convertirse en una urgencia nacional. Así lo reflejan las conclusiones del informe “Tomando el pulso a la salud mental. Una visión desde los niños, adolescentes, padres y educadores”, presentado esta mañana en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, en el marco de la III Jornada Científico-Profesional organizada por su Centro de Investigación de la Infancia y Adolescencia y el proyecto EMO-CHILD.

Este nuevo estudio, liderado por la catedrática Mireia Orgilés y financiado por la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana, ofrece una radiografía única del estado del bienestar emocional de menores de entre 8 y 16 años, al incluir no solo cifras, sino testimonios y propuestas directas de los protagonistas: niños, adolescentes, padres y profesionales del ámbito educativo y psicológico.

Una visión desde dentro: la voz de los menores como eje de acción

El informe, elaborado por el Grupo AITANA de la UMH, ha recabado las opiniones de 187 participantes en 21 grupos focales celebrados en la Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia y Andalucía. Según ha detallado Orgilés, “el objetivo ha sido conocer de primera mano cómo se perciben los problemas de salud mental desde el interior de las familias, las aulas y las consultas”. La metodología cualitativa ha permitido detectar patrones de sufrimiento emocional asociados a causas como la presión académica, el uso abusivo de redes sociales, el acoso escolar y la escasa regulación emocional.

Uno de los datos más relevantes es la coincidencia entre grupos en identificar un aumento de problemas como la ansiedad, la depresión y las autolesiones. Estos trastornos no solo se manifiestan con mayor frecuencia, sino que aparecen en edades cada vez más tempranas. El estigma sigue dificultando el acceso a apoyo profesional, pese a que la figura del psicólogo es ampliamente valorada por niños y adolescentes.

Tecnología, imagen corporal y soledad: los riesgos más señalados

El uso de redes sociales y dispositivos electrónicos emerge como un arma de doble filo. Si bien se reconoce su utilidad para la comunicación y el entretenimiento, también se constata su papel en la construcción de una autoestima frágil y en el fomento de comparaciones sociales que derivan en malestar emocional. Adolescentes y padres coinciden en que la exposición continua a “vidas perfectas” genera inseguridades y alimenta trastornos de conducta alimentaria y depresión.

Además, se señala una creciente dificultad para socializar en espacios físicos, lo que incrementa la soledad y reduce el apoyo emocional real. En este sentido, el informe sugiere la necesidad de limitar el uso de tecnologías y fomentar el ocio saludable y las relaciones interpersonales presenciales.

El acoso escolar y la autolesión, temas recurrentes desde primaria

Otro de los grandes ejes del estudio es la persistencia del acoso escolar, con testimonios que revelan cómo las primeras experiencias de exclusión o violencia se producen ya en etapas de educación primaria. Pese a los protocolos existentes, los menores manifiestan no sentirse siempre protegidos, y muchos callan por miedo a represalias. Los adolescentes, además, relacionan directamente el bullying con las autolesiones y los pensamientos suicidas.

El suicidio juvenil es un fenómeno en alza. En España, las tasas de suicidio entre jóvenes de 10 a 24 años han aumentado un 45% en la última década. El informe subraya la necesidad de actuar desde la prevención y la educación emocional, así como de establecer mecanismos efectivos de detección temprana en los centros escolares.

Educación emocional y psicología escolar: propuestas compartidas

Entre las 50 propuestas presentadas en la jornada y elaboradas por el comité de expertos de Observainfancia.es, destacan la incorporación de la figura del psicólogo en todos los centros educativos, la implantación de asignaturas específicas sobre salud mental y emocional, y la creación de espacios seguros de expresión y escucha dentro de la escuela.

Antonio Ríos, terapeuta familiar y ponente principal, insistió en la necesidad de acompañar a los adolescentes desde el respeto y la comprensión. “Es la etapa más vulnerable de la vida, donde se dan crisis de identidad y autoafirmación. Necesitan adultos presentes, pero sin imposiciones”, subrayó.

Un clamor compartido: integrar la salud mental en la escuela

La jornada finalizó con una mesa redonda en la que participaron orientadores de centros educativos, madres y estudiantes de secundaria, quienes reforzaron la misma conclusión: las acciones de salud mental deben estar plenamente integradas en el currículo escolar, no como contenido periférico, sino como parte esencial del desarrollo personal de cada alumno.

Desde el Centro de Investigación de la Infancia de la UMH, los organizadores del informe hacen un llamamiento a transformar este diagnóstico en política pública. “Conocer es el primer paso, pero no basta. Hay que actuar”, concluyó Mireia Orgilés.

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