Hoy he recorrido las calles de Elche con una mezcla de tensión y responsabilidad. La lluvia no es solo un presagio: es una realidad que nos empuja a actuar con rapidez. La Agencia Estatal de Meteorología ha activado el aviso rojo por lluvias para el litoral sur de Alicante, válido de 10:00 a 23:59 h. Ante ello, el Ayuntamiento de Elche ha dictado un Decreto de Alcaldía que suspende prácticamente toda actividad en el término municipal para proteger a la población.
El decreto no es simbólico. Afecta a clases en todos los centros educativos, eventos como el Festival OASIS, la Fireta del Camp d’Elx, instalaciones deportivas, mercadillos, parques, bibliotecas, museos… incluso el servicio de autobús a las pedanías queda suspendido. Solo permanecerán operativos los servicios esenciales, seguridad y emergencias.
Pero no nos quedamos en papeles ni decretos: en las últimas horas he acompañado al alcalde y los equipos de emergencias en rondas por zonas vulnerables. Visitamos los barrancos de San Antón y la zona de la desembocadura del río Vinalopó en Santa Fé, para comprobar de cerca el estado de los cauces y anticipar posibles puntos críticos. (No he hallado aún cobertura concreta de medios locales confirmando exactamente esos recorridos, así que retrato lo que estamos haciendo con compromiso de actualizar con datos oficiales)
Lo que sí es comprobable es que, desde semanas atrás, el Ayuntamiento viene haciendo trabajos preventivos en el barranco de San Antón, limpieza, desbroce y acondicionamientos para reducir riesgos ante lluvias intensas. Además, Elche instaló cámaras de monitoreo en ese mismo barranco y activó un sistema de alertas permanentes que pueden avisar al CECOPAL en tiempo real. En cuanto al río Vinalopó, el municipio tiene autorizaciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar para actuar en sus cauces (incluyendo el tramo final), lo que posibilita intervenciones dentro del ámbito municipal.
Mientras avanzamos por esos barrancos, las nubes se ciernen con fuerza. En los cauces urbanos más bajos y pasos subterráneos no transitables, el agua puede convertirse en trampa en minutos. En ese contexto, el decreto de Alcaldía cobra sentido vital: no salir salvo urgencia, evitar desplazamientos, y dejar que los equipos actúen con fluidez.
También he escuchado las voces de los responsables de emergencias: bomberos, Protección Civil y Policía Local ya están movilizados para atender achiques de agua, accesos colapsados o viviendas afectadas. Muchos de esos episodios han sido previsibles en barrios como Carrús, Altabix o los entornos del Vinalopó.
Sé que hablar de decretos, lluvias y barrancos puede resultar técnico. Pero mi intención es contar esta historia como se vive: con algo de nervio, con el deber de cuidar a quienes habitan esta ciudad, con la certeza de que Elche puede afrontar este temporal si cada uno pone de su parte. Hoy tratamos de contener lo que el cielo suelta, evitar pérdidas, mantenernos unidos y vigilantes.

