La madrugada del 9 de septiembre de 2024, la playa del Carabassí fue testigo de un emocionante acontecimiento: la liberación de 35 crías de tortuga boba (Caretta caretta) que eclosionaron de un nido localizado en Arenales del Sol. Esta suelta forma parte de un esfuerzo continuo de conservación, después de que se detectara la primera puesta de la temporada en España el pasado mes de junio.
El concejal de Medio Ambiente, José Antonio Román, explicó que un total de 47 huevos han eclosionado hasta el momento, de los cuales 12 fueron trasladados al Oceanogràfic de Valencia para hacer un seguimiento exhaustivo de las crías. «El Oceanogràfic realiza un trabajo esencial en el monitoreo de estas crías, ya que la tortuga boba es una especie común en nuestras costas, pero enfrenta muchos peligros», subrayó Román. Añadió que aún quedan aproximadamente 60 huevos que eclosionarán en las próximas semanas en las playas ilicitanas.
El pasado 18 de junio, en la arena de la playa de Arenales del Sol, se localizó un nido con más de un centenar de huevos, lo que marcó un momento clave en la temporada de anidación de tortugas bobas. Un equipo de expertos extrajo el nido para asegurar su protección. Alrededor de una veintena de estos huevos fueron trasladados a una incubadora en el Oceanogràfic de Valencia, mientras que el resto se reubicaron en un nido artificial protegido en la playa del Carabassí, alejado de la actividad humana y cubierto con mallas para prevenir cualquier daño.
Román destacó la importancia de las playas de Elche, que no solo son un destino turístico atractivo, sino también un espacio clave para la conservación de la biodiversidad. “Este evento muestra que la convivencia entre el ser humano y el medio ambiente es posible. Nuestras playas son un ejemplo de cómo podemos disfrutar del turismo mientras protegemos a especies como la tortuga boba», señaló el edil.
Desde 2017, la Comunidad Valenciana ha implementado un protocolo pionero para atender eventos de anidación de tortugas marinas. Inicialmente, se trasladaban los nidos a playas protegidas del Parque Natural de la Albufera. Sin embargo, ante el aumento de casos, se modificó el protocolo para dejar los nidos lo más cerca posible del lugar original de la puesta, y una pequeña parte se lleva a instalaciones del Oceanogràfic para un seguimiento más detallado.
Gracias a este protocolo, la mayoría de las crías nacen y son liberadas en las playas donde se ubica el nido. Algunas crías, sin embargo, participan en programas de cría en cautividad con fines científicos para estudiar su comportamiento y aumentar sus posibilidades de supervivencia en el medio natural.
El esfuerzo de colaboración entre diversas instituciones, como la Universitat Politècnica de València, la ONG Xaloc, la Conselleria y la Fundación Oceanogràfic, ha permitido mejorar las condiciones para la conservación de la tortuga boba, una especie amenazada. Eventos como la suelta de estas 35 tortugas bobas en Carabassí no solo son un hito en la protección de la biodiversidad local, sino que también reflejan el compromiso de la comunidad ilicitana con el cuidado del medio ambiente.